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El olivo nos abre los brazos y nos ofrece sus frutos, sus hijos

EL OLIVO EN LAS RELIGIONES MONOTEÍSTAS

El aceite de oliva introduce al niño en la comunidad cristiana durante el bautismo, al igual que bendice a los enfermos durante la extremaunción. En la tradición islámica, el olivo es el árbol por excelencia, el eje central que mueve el mundo. El olivo es la planta bendita, asociada a la luz, y el aceite de oliva alimenta las lámparas que iluminan los espacios más sagrados, como las mezquitas. El olivo está representado tanto en el Corán como en los Hadices, donde el Profeta dice: «Alimentaos de aceite de oliva y ungid vuestra piel porque este árbol es un árbol bendito». En la religión judía, el olivo representa la justicia y la sabiduría.

LA UNESCO Y EL OLIVO

A partir de 2019, la Unesco celebrará el «Día Mundial del Olivo» el 26 de noviembre. La Unesco (Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura https://es.unesco.org) mediante una moción aprobada por unanimidad, a propuesta conjunta de Líbano y Túnez, estableció este día con el objetivo de proteger la planta y promover los valores de paz, sabiduría y armonía que simboliza.

LA UNESCO Y EL OLIVO

A partir de 2019, la Unesco celebrará el «Día Mundial del Olivo» el 26 de noviembre. La Unesco (Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura https://es.unesco.org) mediante una moción aprobada por unanimidad, a propuesta conjunta de Líbano y Túnez, estableció este día con el objetivo de proteger la planta y promover los valores de paz, sabiduría y armonía que simboliza.

EL CONSEJO OLEÍCOLA INTERNACIONAL Y EL DÍA MUNDIAL DEL OLIVO

El Consejo Oleícola Internacional (COI https://www.internationaloliveoil.org), la única organización intergubernamental del mundo dedicada al aceite de oliva y las aceitunas de mesa, celebra el Día Mundial del Olivo el 26 de noviembre de cada año con actos en todos sus países miembros. El olivo, símbolo universal de la paz y la armonía, extendido por los cinco continentes, contribuye al desarrollo económico y social, así como a la conservación de los recursos naturales protegiendo la tierra de la erosión y la desertificación y, por tanto, protegiendo de la amenaza del calentamiento global.